5 de Febrero, Santa Águeda.
Hoy mandan las mujeres
Esta semana es una semana de empoderamiento. Ayer pasado 4 de Febrero animabamos ya en Instagram a todos los luchadores que se enfrentan a la enfermedad del Cáncer. Mucho ánimo desde la Pinarilla.
Para continuar, los mayores me enseñaron que Santa Águeda se celebra mañana. Me dijeron que antiguamente, el día de la mujer ¡se celebraba el 5 de febrero!
Es una festividad en la que antiguamente, en Segovia se realizaba una costumbre este día. Las mujeres se vestían de algo especial y salían a las calles, ellas mandaban, y ese día los hombres no salían.
HISTORIA
Santa Águeda es un cuadro de Francisco de Zurbarán realizado entre 1630 y 1633. Forma parte del conjunto de lienzos conocidos como Santas de Zurbarán.
Después del Concilio de Trento el cardenal Paleotti encargó a los pintores los cuadros de siete santas, entre ellas la de Santa Águeda. Las leyes romanas prohibían matar a las jóvenes vírgenes; un prefecto siciliano, no pudiendo seducir ni violentar la virginidad milagrosamente protegida de santa Águeda, le hizo cortar los pechos y la encarceló. San Pedro se apareció a la joven y curó sus heridas.

En algunos lugares alargan la fiesta durante uno o dos días más tras el 5 de Febrero, pues como reza el adagio tan español «No hay Santo sin Octava». A estos días se les da el nombre de Santa Aguedilla o Aguedita.
La provincia de Segovia es una de las de más abolengo folklórico en esta celebración, pues no sólo el archiconocido pueblo de Zamarramala celebra esta festividad nombrando Ayuntamiento, también lo hacen muchos más como Abades, Hontanares, Huertas, Valverde, Santa García o Madrona, entre otros. Por ser Zamarramala tan conocido por su fiesta no podemos dejar pasar esta ocasión para hacer siquiera una mención rápida a la fiesta en este lugar, inmediatamente cercano a la capital, Segovia, de la que en tiempos fue un arrabal. Con la llegada del día la dulzaina y el tamboril anuncian a los dos primeros Alcaldes que ha llegado el día de Santa Agueda; parece que en tiempos más antiguos eran las esposas de estos dos cargos las que suplían a sus esposos en el mando, pero en la actualidad estos puestos son ocupados por elección que realiza la Hermandad y que se verifica todos los años. Seis son los cargos a elegir: Alcaldesa, Regidora, Síndica, Procuradora, Personera y Alguacilas. Todas las mujeres casadas o viudas del pueblo pueden pertenecer a dicha Hermandad. Las Alcaldesas, vestidas con el característico traje «zamarriego» reciben la vara de la justicia y con ella la autoridad sobre los hombres del lugar, autoridad que es efectiva a a hora de resolver pleitos, como riñas entre mozos.
En cuanto al traje que ha hecho famosas a las alcaldesas de Zamarramala se compone de un manteo de paño rojo segoviano adornado con franjas de terciopelo negro y pasamanerías y azabaches, todo ello sobre otros cinco o seis manteos menos lujosos. La armilla de seda negra o terciopelo y mangas muy ceñidas por botones de filigrana; el mandil es negro bordado en seda y azabache. El tocado, que es lo más característico del conjunto, está constituido por una mantellina blanca de encaje que cae majestuosamente sobre los hombros, cerrándose delante sobre el jubón. En la cabeza y ciñendo la mantilla una breve mitra rematada en una gran borla y a la que llaman «montera»; lleva a ambos lados seis botones gruesos de plata, a los que llaman «apóstoles», y delante en la parte de la frente alguna pedrería.
Llegada la hora de ir a misa las alcaldesas salen de casa precedidas y anunciadas por la dulzaina y el tamboril; en la iglesia ocupan el banco de la justicia y desde allí escucharán cómo el cura anuncia oficialmente al nuevo Ayuntamiento. A la salida de la Misa Mayor piden limosna para la Santa colocadas a ambos lados de la puerta del templo, así hasta que toda la concurrencia ha abandonado la iglesia; entonces marchan a casa con igual acompañamiento con que salieron de ella.
A la tarde la llegada de la Alcaldesa Mayor marca el comienzo del baile exclusivamente femenino y en el que participan todas las mujeres del pueblo que estén en condiciones de bailar, sin distinción de edad, basta con ser casada ; los hombres permanecen marginados de esta distracción, pues si alguno intenta entrar a formar parte del baile al punto será violentamente expulsado a base de pinchazos y pescozones. Al día siguiente, «Santa Aguedilla», se relaja la norma de modo que todos pueden formar parte del baile.
En la Pinarilla nos hemos quedado con la segunda parte de la fiesta o la Aguedilla, pudiendo estar hombres y mujeres celebrando este gran día.
Primero en TERAPIA:
Después dando un bonito PASEO…